Raúl Jiménez: «muchos se alejaban del pensamiento de Rousseau en el que el ser humano es bueno por naturaleza»

Raúl Jiménez se dedica de lleno a la música, es pianista y cantante. Trabaja en la Escuela Municipal de Música de Jódar, donde imparte clases de piano y canto. También forma parte de la Universal Orquesta Show de Granada y continúa formándose, ya que actualmente estudia canto lírico en Córdoba, con el catedrático D. Carlos Hacar. En el vídeo nos deja un mensaje muy especial.

¿Cómo es tu día a día durante el confinamiento?

«La verdad que mi vida, tanto en lo profesional como personal, ha cambiado de forma abrupta desde que se implantó el estado de alarma. Con el paso de los días me di cuenta que había creado otra rutina adaptada al confinamiento, sin yo ser muy amante de ella. Suelo organizarme y ponerme objetivos que me gustaría cumplir en ese día o esa semana para mantenerme motivado. Ya sea estudiar un aria, una pieza de piano, realizar una receta o tan simple como limpiar el jardín. También me dedico más tiempo a mí mismo y a aprender a tomarme las cosas con más calma y sosiego, aunque reconozco que a veces se echa en falta algunos momentos de furor, que me hacían sentir más vivo».

¿Se diferencia mucho tu rutina actual con la que llevabas antes?

«He pasado de viajar por las tardes a Jódar para impartir mis clases, ir dos veces en semana a Córdoba para recibir clases de canto lírico,  pasar los fines de semana en Granada con ensayos de orquesta y tener conciertos, a no moverme de casa. Un cambio drástico de un día para otro que no llegaba a creer. Lo que al principio me parecía ficción que rozaba lo utópico porque, ¿Quién no ha pensado por algún instante en tener un tiempo sabático?, se convirtió en una especie de pesadilla. Esto ocurrió cuando tomé consciencia de que el tan escuchado coronavirus no era una simple gripe y que nos encontrábamos ante una gravísima situación que se alargará durante mucho tiempo».



¿Cómo estás llevando el trabajo desde casa?

«Referente a las clases la verdad que a mi sorpresa bastante bien. La mayoría de mis alumnos mantienen el interés y ganas de avanzar con el piano y el canto. Nos vemos semanalmente por videollamada donde corregimos errores y explico las nuevas dificultades».

«Esto cambia en el ámbito de la música en vivo. Aunque en casa continuo por una parte estudiando nuevo repertorio operístico y por otra parte ensayando en casa coreografías y el show de la orquesta, he sufrido la cancelación de varias actuaciones. Una de ellas importante en la fundación Miguel Castillejo de Córdoba. Se trataba de un concierto lírico que ya estaba preparado y ensayado y que me hacía especial ilusión».

¿Cómo se vive esta situación en el ámbito musical?

«Tanto mis compañeros y yo, vivimos con incertidumbre esta temporada de verano que es cuando más contratos hay. Estamos viendo cómo se cancelan las actuaciones que ya estaban programadas y que seremos de los últimos en volver a la normalidad, ya que nuestro trabajo implica aglomeración de personas. No solo afecta a músicos, ya que técnicos, conductores, montadores, representantes, empresas de contratación, etc… también viven con nuestra misma incertidumbre la situación. Mientras vemos como Alemania  incluye a la cultura entre los bienes de primera necesidad, en España aquí seguiremos, resistiendo». 



¿Qué sueles hacer para distraerte en casa?

«Cuando acabo mis tareas me gusta ver conciertos y óperas completas, ya que ahora dispongo de más tiempo y también han facilitado el acceso a plataformas. También la cocina es un buen pasatiempo que me entretiene, jugar con mi perra, ver películas, hacer algo de deporte y hablar por videollamada con familia y amigos. Confieso que he vuelto un poco a mi adolescencia descargando juegos online, y haciendo campeonatos de parchís virtual con mis amigos».

¿Estás aprovechando estos días para hacer cosas para las que antes no tenías tiempo?

«Prácticamente casi todas las que acabo de nombrar son las que por falta de tiempo no podía hacer. En definitiva tomarme más tiempo para mí y disfrutar de una forma diferente de una ducha, de esos cinco minutillos más en la cama, o de estar en el porche de casa escuchando los pájaros y tomando un poco de sol».

¿Qué es lo primero que harás cuando todo pase?

«Poder hacer lo que por el virus nos quitó, como es el contacto con las personas, aquellas que tanta falta nos hacen. Abrazar a mis amigos, continuar con nuestras escapadas, paseos, disfrutar de un buen concierto, abrir la puerta de casa de tus abuelos y que te coman a besos».



¿Qué es lo que te está resultando más difícil?

«El autocontrol y el gestionar todas las noticias y cifras negativas que abundan a diario. No permitir a la mente que se vaya por el camino de la especulación del: ¿y si me pasa a mí?, ¿y si le pasa a mis seres queridos?, ¿qué pasará con el trabajo?, ¿y si ya no vuelve a ser como antes?

Aprender a no tener el futuro inmediato, cercano y lejano controlado como estaba acostumbrado. Tener paciencia y actuar según se vayan desarrollando los acontecimientos».

¿Qué aspectos positivos puedes sacar de esta situación?

«Siempre hay un lado bueno de algo que a priori no parece tenerlo. Vemos como está aflorando lo mejor de las personas, estamos dando lo mejor de nosotros mismos. Mientras que muchos dejaban de creer en la sociedad y se alejaban del pensamiento de Rousseau en el que el ser humano es bueno por naturaleza. Empresas donan recursos, personas se prestan para llevar la compra o medicinas a los mayores,  salen a colaborar en comedores sociales, cuidan a los ancianos en sus residencias, regalan el arte, limpian el virus en los hospitales, que nos curan, que sacan sus maquinarias para desinfectar las calles, etc… Todo por todos».

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