Las puertas de San Francisco no se abrirán para ver salir a la Hermandad del Santo Entierro

El viejo templo de San Francisco siempre vuelve a abrir sus puertas de nuevo, horas más tarde de salir la cofradía hermana de la Expiración. Esta vez el céntrico templo, sería testigo del entierro de Cristo con una de las cofradías más antiguas de la ciudad. Un año más la Hermandad del Santo Entierro se queda en casa, no sin recordar los momentos más emotivos de su recorrido.

La solera se hace presente en la tarde del Viernes Santo, el sabor añejo al escuchar los tambores de pellejo, al son de «San-to sepul-cro». La cofradía de negro comienza su estación de penitencia con su Banda de Cabecera Quinta Angustia, la cual celebraba este año su XX Aniversario y esperaban ansiosos la llegada de su Viernes Santo. Tras esta formación, representaciones de las diversas hermandades de la ciudad acompañan el paso de las Angustias y la Vera Cruz. Dos pasos que fueron fusionados hace unos años.

Y un cortejo de túnicas blancas y negras abre paso al Cristo Yacente, que siempre sale a hombros del cuerpo de la Guardia Civil para ser colocado en su paso, restaurado este año. Este era un proyecto que la hermandad tenía a medias y esta renovada junta directiva ha decidido acabar con mucha ilusión.



La Soledad de una Madre, con un caminar dulce y sereno, pues Ella, camina tras su hijo ya muerto, para hacer su estación de penitencia por las calles de Linares. El cortejo es precedido por la Policía Nacional a caballo, pues los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, siempre han estado muy vinculados a esta cofradía linarense.

Tras recorrer calles aledañas a la parroquia, la hermandad pasa por la calle Marqués donde horas antes Cristo expiró, ahora pasa ya yacente. Tras él siempre van autoridades civiles, la corporación al completo presidida por el alcalde de la ciudad, en este caso sería Raúl Caro-Accino, con trajes oscuros, pues acompañan a cristo fallecido.

La calle Pontón manifiesta el luto y el dolor de la Soledad, imagen que tallara Francisco Palma Burgos, la cual recoge el sufrimiento, sumándole la angustia interior. Un rostro dulce y cabizbajo el cual atavía y engrandece su vestidor Jose Manuel de Haro, haciendo que las telas tengan la naturalidad que la misma talla emana.

Y de ahí, sus cuerpo mixto de horquilleros llevan a la Madre al corazón de la ciudad, para ser la última corporación de la jornada en pasar por tribuna. Este año el paso del Cristo iba acompañado musicalmente por segunda vez en la historia por la Banda de Música Alfredo Martos. Petición que realizó el colectivo a la hermandad para acompañar a Cristo Yacente como culmen a su XXV Aniversario fundacional.



Puntualmente, a las pasadas las diez y media de la noche, la cofradía entra en tribuna, con una Carrera Oficial llena y expectante a poder rezar a Cristo Yacente y acompañar la Soledad de su madre. Y de nuevo, un Viernes Santo termina, la estación de penitencia se ha consumado, pero no sin antes pasear ya entrada la noche a la Soledad. Tras retirar su diadema como señal de duelo y dolor, el pueblo porta a la imagen y realiza un pequeño recorrido por el centro de la ciudad para rezar solos junto a la Virgen.

De nuevo volveremos a soñar con ver a Linares celebrar el Santo Entierro de Cristo y acompañar a María en su Soledad. Pero mientras quédate en casa y comienza a soñar con ese momento.

Redacción y fotografías: Alejandro Valderas

Recuerdos

Suspendida la Estación de Penitencia del Santo Entierro en la tarde del Viernes Santo



Abajo el caperuz

«Abajo el Caperuz» visita la Hermandad del Santo Entierro y los ensayos de su Banda de Cabecera

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