José Luis Lázaro: «Creo que saldremos de esta con una actitud diferente, pero sabiendo realmente lo efímera que es la vida».

José Luis Lázaro Jiménez de Cisneros, es estudiante de Ingeniería Informática en Sevilla. Reside en el Colegio Mayor Hernando Colón donde compagina sus estudios y la convivencia con unos maravillosos compañeros. Obtuvo la mejor nota  de la provincia en selectividad.  Hoy en «Linarenses en casa» nos lo cuenta.

¿Cómo es tu día a día durante el confinamiento?

«El día a día realmente es bastante monótono, empiezo levantándome a las 9 de la mañana aproximadamente. Suelo dividir el día para estudiar y aprovechar el tiempo por la mañana y por la tarde, ya que tenemos bastante trabajo por parte de la universidad y del Colegio Mayor. Además, si consigo sacar un hueco libre me encanta escribir, escuchar música y ahora estoy aprendiendo a tocar el ukelele».

¿Se diferencia mucho tu rutina actual con la que llevabas antes?

«Demasiado, antes tenía que ir a clases presenciales por la mañana y ya por la tarde tenía tiempo para estar con mis compañeros de Colegio, hacer miles de actividades, estudiar, o simplemente charlar con la gente. Ahora todo eso ha cambiado, aunque sigamos haciendo algunas actividades vía online, la mayor parte del tiempo la dedico a estudiar y el estar aislado de mis compañeros se nota bastante».

¿Cómo estás llevando los estudios desde casa?

«Con buena organización y tiempo no es tan difícil, el problema es ese. Conseguir llevar una rutina clara, sacar fuerzas incluso cuando estás más bajo de ánimos, y todo para poder llevar el incesante ritmo de trabajo que nos manda la universidad».



¿Es complicado estudiar desde casa?

«Dejando a un lado la cantidad de materias y temario para estudiar, no es muy difícil. Al fin y al cabo basta con coger buenos apuntes y hacer ejercicios para poner en práctica lo que vas aprendiendo, algo que me recuerda mucho a cuando tuve que prepararme para selectividad, sin clases, solo mis apuntes y yo, con horarios y con un tiempo determinado».

¿Crees que la situación nos ha hecho reinventarnos?

«A muchos de nosotros sí. Es más, estando en un Colegio Mayor, los pocos que logramos quedarnos, cumpliendo el confinamiento, pudimos conocernos mucho más, sin el ruido de tanta gente, sin tanto ajetreo. Tuvimos que reinventar una manera de permanecer conectados tanto con los amigos como con la familia, aprendimos a cocinar, a tocar instrumentos nuevos, y sobre todo aprendimos a ser agradecidos, cada día a las 8 desde nuestros balcones, tomando consciencia de la situación que atravesamos».

¿Qué sueles hacer para distraerte?

«Para mí nunca ha sido difícil distraerme, ya sea con música, jugando a videojuegos o incluso estudiando, es algo realmente sencillo si te lo propones y más con la enorme cantidad de opciones que te ofrece internet. Quizá ahora me distraigo más que antes del confinamiento».



¿Estás aprovechando estos días para hacer cosas para las que antes no tenías tiempo?

«En algunos aspectos sí. He logrado conocer más de cerca a algunas personas, y también a mí mismo, he podido pararme a pensar sobre muchos aspectos, reflexionar y darme cuenta de por donde estaba yendo mi vida y creo que una vez acabe todo ya nada será igual, y seguramente le dedique más tiempo a todo eso que he aprendido en esta situación».

¿Qué es lo primero que harás cuando todo pase?

«Hasta que no esté bastante segura la situación no lo tengo muy claro, pero si estoy en Sevilla para entonces lo más seguro es irme de fiesta y disfrutar como nunca, hablar con gente que siempre he querido conocer, pero que por miedo al qué dirán nunca me atreví a hablar, dejarme llevar y sobre todo disfrutar de cada momento ya sea con los compañeros o con la familia».

¿Qué es lo que te está resultando más difícil?

«Estando en Sevilla, lo más difícil sin duda fue pensar en mi familia y si estaban o no contagiados, esa incertidumbre realmente pesa, y más a 225 km de casa. Cada día a las 8 ese sentimiento crecía, acordándome del personal de riesgo que está en primera línea de fuego, como es el caso de mi madre. No ha sido hasta que he llegado a Linares que he dejado de pensar tanto en eso, me ha calmado bastante».



¿Qué aspectos positivos puedes sacar de esta situación?

«Claramente hemos logrado ser más agradecidos y nos hemos dado cuenta de todo lo que hemos perdido. Por muy insignificante que fuera el salir a la calle antes, ahora lo echamos de menos, o hablar con gente, tomarte un café después de comer o una partida al futbolín. Creo que saldremos de esta con una actitud diferente, aunque no todos, pero sabiendo realmente lo efímera que es la vida».

¿ Qué opinas de esta noticia ? Deja tu comentario