Coral Lechuga: «en Francia el confinamiento es más ligero, pero tenemos que llevar una autorización para salir»

Coral Lechuga es de Linares, del Barrio de la Esperanza, que muchos conocen por el barrio de la Fuente del Pisar. Lleva nueve años viviendo en Normandía (Francia) y es trabajadora social del Ministerio de Educación Francés. Hoy en «Linarenses en casa» conocemos sus vivencias en el extranjero durante la pandemia.

¿Cómo es tu día a día durante el confinamiento?

«Tengo la suerte de tener una parcela en un huerto urbano. Así que mi día empieza entre lechugas y calabacines. Ojalá esta iniciativa municipal se instale pronto en Linares. Luego teletrabajo hasta las 17h e intento ocupar el resto del día con actividades de ocio. Estoy confinada en un piso pequeño con mi novio y mi perro. Esta situación hace pasemos tiempo juntos de calidad, a ratos cada uno por su lado, a ratos juntos».

¿Se diferencia mucho tu rutina actual con la que llevabas antes?

«Por supuesto. Antes mi trabajo ocupaba la mayor parte de mi tiempo. Y creo que descuidaba bastante mi tiempo libre, era especialista en procrastinar y siempre andaba quejándome de que no tenía tiempo para nada».



¿Cómo estás llevando el trabajo desde casa?

«Pues un poco mal, la verdad. No tengo los medios necesarios para continuar con mi actividad laboral en casa. Esta situación nos pilló a todos desprevenidos y no pude recuperar nada del despacho, así que me toca improvisar cada día. Soy una persona que disfruta estando en casa, pero después de tanto tiempo encerrada, me cuesta concentrarme y con el trabajo me pasa lo mismo».

¿Cómo se esta viviendo en el país en el que estás esta pandemia?

«Aquí en Francia llevamos un confinamiento más ligero que en España. El gobierno autorizó a todos los ciudadanos, poder salir durante una hora al día para pasear o hacer deporte, niños incluidos. Solo tenemos que llevar una autorización de desplazamiento que se descarga en la web del gobierno, si la policía te controla y no llevas la autorización contigo la multa es de 135€».

¿Crees que la situación nos ha hecho reinventarnos en el aspecto laboral?

«Por supuesto, es reinventarse o morir. La situación actual nos obliga a ser más creativos y a idear nuevos mecanismos de respuesta a posibles problemas. En mi caso, ahora las entrevistas son telefónicas y las familias me contactan, no porque tengan dificultades con la beca sino porque con el cierre de comedores escolares, ahora no tienen medios para garantizar las comidas necesarias».



¿Qué sueles hacer para distraerte en casa?

«Cada día intento hacer una actividad diferente. Me gusta leer, hacer ganchillo, jugar con las acuarelas… Incluso estoy aprendiendo a tocar el ukelele. Imagino que como todo el mundo, ya hice limpieza en casa e incluso hice el cambio de armario. Todo vale para pasar mejor el tiempo».

¿Estás aprovechando estos días para hacer cosas para las que antes no tenías tiempo?

«Antes cocinaba por obligación y siempre iba con prisa, ahora disfruto con cada plato. Me gusta tumbarme al sol que entra por la ventana con un libro, escuchar los pajaritos, incluso estar tumbada en el sofá con mi pareja, disfrutando de una película, se convierte en algo especial. Pero tampoco estoy haciendo nada de extraordinario. Intento pasar el tiempo de la mejor manera posible. Aunque ahora me siento dueña de mi tiempo».

¿Qué es lo primero que harás cuando todo pase?

«Lo que más me gustaría hacer sería ir a Linares y abrazar a mi familia. Aunque me imagino que no será posible hasta dentro de algunos meses. Sueño con ese momento de volver a Linares aunque sea en vacaciones y disfrutar de la familia, amigos de toda la vida, bares, calles… Esos olivos. Lo que sí que creo que podré hacer es una escapa al mar con la furgo. Escapadas furgoneteras más a menudo eso seguro».



¿Qué es lo que te está resultando más difícil?

«Desde que cerraron las fronteras, los kilómetros me pesan más. Sentir lejos a la familia a pesar de las videollamadas. En el aspecto laboral también es bastante frustrante. Yo trabajo con protección de menores y pensar que hay niños que están viviendo situaciones de violencia y que no pueden o no saben pedir ayuda, me pone la carne de gallina».

¿Qué aspectos positivos puedes sacar de esta situación?

«Espero que la ecología gane una posición más privilegiada a nivel mundial. Y como trabajadora social espero que se revaloricen los servicios públicos, en especial la sanidad y los servicios sociales que tanto han sufrido estos años de crisis económica».

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