En 2019 finalizaron las obras de rehabilitación integral de este edificio del siglo XIX tras una inversión cercana a los cuatro millones de euros y 16 años después de la firma del convenio entre Junta y Ayuntamiento.
La primera intervención, que se produjo el 5 de enero de 2015 y duró siete meses, consistió en la consolidación de la estructura del edificio, que estaba en peligro, con una inversión de 1,44 millones de euros. La segunda fase arrancó tres años después, en mayo de 2018, y tenía como cometido dotar de coherencia formal y funcional al edificio, con instalaciones adecuadas a los nuevos tiempos.
Este lugar es el resultado de la reforma de una edificación preexistente iniciada coincidiendo con el aumento de población que experimentó Linares a mediados del siglo XIX y que determinó finalmente la sustitución completa de la anterior Casa Consistorial por otra más amplia.
Las obras dieron comienzo en la década de 1860 y finalizaron en 1875, tras un periplo de 15 años de obras. El estado de la edificación, con importantes patologías estructurales y de cubiertas que motivaron su desalojo posterior, así como su valor patrimonial y la relevancia urbana de su emplazamiento, motivó programar la actuación en el marco del Programa de Rehabilitación del Patrimonio de Interés Arquitectónico. Las dependencias municipales se trasladaron entonces a la calle Hernán Cortés de forma provisional, hasta poder volver a este edificio de forma definitiva en el año 2019.
Es un edificio de gran interés patrimonial. Destaca su patio de cristales interior y también el reloj con forma de guitarra que se encuentra en la fachada. Este reloj emite a cada hora un fragmento de la canción «Estudio sin luz» del linarense Andrés Segovia.