Nuestro Padre Jesús Nazareno de Linares desde el objetivo de Marisidra López

Nazareno de Linares

Real Cofradía del Nazareno de Linares

Las primeras referencias históricas de esta hermandad datan de 1554 y era conocida como la Cofradía de las Cruces del Nazareno.

A finales del siglo XVI los franciscanos instalados en el convento de San Francisco de Asís deciden crear una cofradía que se llamó de las cruces de Santa Elena aunque popularmente se la denomino como la de Jesús Nazareno.

En 1601 se aprobaron los primeros estatutos por el Obispo de Jaén don Sancho Dávila y Toledo; en 1667 procesionó por primera vez, en el siglo XVIII se reformaron los estatutos y en 1772 se nombró Hermano Mayor Honorario al rey Carlos IV quién en agradecimiento le otorgó el título de Real Cofradía.

A principios del siglo XX era costumbre el «sermón del Nazareno» que se realizaba la madrugada del Viernes Santo y después los trompeteros anunciaban la estación de penitencia desde el interior de la iglesia, El Nazareno era portado en andas por los mineros de Linares, detrás salía la Virgen y San Juan seguidos por las imágenes de la Magdalena y la Verónica… otra costumbre que también desapareció fue la de «los Calvarios» que eran coplas alusivas a la pasión y que se cantaban en las esquinas de las calles de la ciudad.

Los actuales estatutos datan de 1995 siendo obispo de Jaén don Santiago García Aracil; el 14 de septiembre de 2003 le fue impuesta al Nazareno la Medalla de Oro de la ciudad por el alcalde de Linares.

Iconografía

El autor de las imágenes fue Víctor de los Ríos en 1960 , posteriormente ha sido restaurado por José Ajenjo Vega y la última por Alfonso Ruiz y Mónica Aragón. Las imágenes están realizadas en madera de cedro y representan el momento en que Jesús camina hacia el Calvario con la cruz a cuestas ayudado por Simón de Cirene, al igual que la imagen de San Juan Evangelista.

Cuenta con un museo en la calle Pontón 57 dónde se pueden ver mantos, faroles y varales de este paso. Es una imagen muy venerada por los linarenses que se agolpan para ver su bendición el Viernes Santo al salir y entrar del templo de San Francisco, realizando otra bendición en el Paseo de Linarejos.

Texto y fotografía: Marisidra López

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