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Lucy Lolo

Lucy, callada oblación

Lucy Lolo

Hablemos de Lolo y Lucy . 5.- Lucy, callada oblación

 

En esta nueva entrega de esta pequeña serie sobre la relación entre el Beato Lolo y su hermana Lucy, llega un momento crucial. Y es que Lolo agradece el silencio de Lucy:

A tu silencio..

Verdaderamente, como es más que sabido, la entrega de Lucy por su hermano Manuel fue algo más que amorosa. Y es que sobrepasó o, como diría Lolo, sobrenadó todas las circunstancias de una difícil vivencia si a lo físico nos referimos y, ya podemos entender, que no debió ser fácil ser las manos, los ojos, etc., de quien llegaría a ser Beato de la Iglesia Católica. Y no porque fuera complicado llevar a Manuel sino, justamente, por lo contrario: por ser de corazón tan tierno que otra cosa no se podía hacer por él que no fuera, eso, una entrega callada.

Lolo, sin embargo, agradece mucho el silencio de Lucy. Y es que a lo que se refiere nuestro hermano en la fe va más allá del simple uso del lenguaje para comunicarse. Y creemos que se refería a su entrega callada.

Sabemos, a este respecto, que la hermana de Manuel sostuvo que, para ella, Lolo fue un regalo de Dios. Y, claro, a tal gracia donada por el Todopoderoso, sólo se podía responder de una manera: siéndolo todo para él. Y tan es así que muchas veces, hemos escrito (en expresión que, por cierto, no es nuestra) que Lucy fue para su hermana-madre pues así se comportó: como quien echa una mano a alguien de su misma sangre y como quien todo lo da por la misma persona. Y en silencio.

Eso es verdad pero también lo es que hay silencios que atruenan o, lo que es lo mismo, que producen un estruendo espiritual que se escucha hasta en el mismo Cielo donde Dios debió tener muy en cuenta lo que Lucy estaba haciendo por aquel hijo del Padre tan querido que, de tan querido como fue, no quiso llevárselo consigo hasta que demostrase que, por el sufrimiento también se va a Dios y que es posible, por muy increíble que parezca, del mismo se pueden cosechar abundantes frutos de entrega y de amor que, al fin al cabo, es expresión lo primero de lo segundo y, lo segundo, es la primera Ley del Reino de Dios.

Lolo debió agradecer mucho aquella actitud de entrega de parte de su hermana Lucy. Y tuvo que hacerlo de una forma que se notase ante Dios. Y estamos más que seguros que pidió a su Padre del Cielo que tuviese en cuenta aquel silencio de oblación de parte de quien todo lo dejó para no dejarse nada de la vida de su hermano. Y también estamos seguros de que Lucy, cuando fue llamada por Dios a su Tribunal tenía allí a quien le echara una mano, a alguien que salió fiador por aquella mujer que, cuando miraba a su hermano sabía que sí, que Dios se lo había dado para que gozara en el amor y con el amor.

Y esperamos continuar…

Eleuterio Fernández Guzmán