Los dones de Lolo

Lolo

Dones de Lolo

Es verdad que cuando una persona muestra determinadas actitudes y a lo largo de una vida se sabe que las tiene porque las pone en práctica, decimos de la misma que hace rendir los talentos que Dios le ha dado. Y el caso de Manuel Lozano Garrido es uno que demuestra que sí, que los tenía y que hizo de ellos de forma abundante.

Si tuviéremos que hacer, por así decirlo, una lista con aquellos dones que Lolo tiene (porque es obvio y evidente que los tiene) podríamos decir algo así: nuestro amigo Manuel tiene el don…

De la percepción especial de la realidad, lo cual demostró a lo largo de una carrera periodística en la que demostró, también, que tiene el don..

Del discernimiento al ser capaz, como tal don significa, de distinguir entre realidades de forma que pueda someter a las que esté tratando como corresponde a cada una. Y por eso mismo, fue más que capaz de dar buen uso al don…

De la escritura, con el cual nos deleita cada vez que nos llevamos a los ojos y al corazón algún libro de los suyos o algún artículo de los cientos que publicó en la prensa de su época. Pero es que, según sabemos de su vida, un don muy practicado por Lolo es…

El de la paciencia, pues la debió tener y hacer uso de ella a raudales porque sus circunstancias personales fueron las que fueron y no pocas veces tuvo que demostrar paciencia y más que paciencia y no desesperarse. Y, junto a la paciencia, Lolo también hizo uso abundante del don…

De la perseverancia, pues persevera quien, a pesar de sus circunstancias no se viene abajo y no podemos negar que Manuel Lozano Garrido tuvo ocasiones más que suficientes como, no sólo, para venirse abajo sino como para hundirse y bien hundido.

Pero eso no es todo, con ser mucho, sino que Lolo también fue una hábil persona para poner en práctica otra serie de dones que mostró al mundo (a quien lo conocía más de cerca, con toda seguridad) Así, por ejemplo, hizo uso abundante del don…

De la escucha, pues a tenor de aquello que dicen los que le conocieron, era capaz de escuchar con una atención propia de quien ve en su prójimo a alguien a quien hay que respetar y tener en cuenta. Por eso, seguramente, muchas personas se dirigían a su casa para ser escuchados. Y por eso, por ejemplo, también abundó en él el don…

Del consejo, el cual daba, seguramente, a quien se lo pedía pues para eso acudían, como decimos, a verlo.

Por otra parte, estamos más que seguros que nos hemos quedado cortos a la hora de poner por escrito los dones que, entendemos, Lolo tenía y hacía rendir (como en la parábola de los talentos) un tanto por ciento muy elevado. Y es que, por decirlo así, los dones están dados para que se pongan en práctica y el Beato de Linares sabía que sí, que Dios esperaba eso de él. Y, claro, no lo defraudó.

Eleuterio Fernández

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