El Campeonato Mundial IROMAN 2025 se celebró el 11 de este mes en Kona (Hawaii), resulta ser una de las pruebas más exigentes en este deporte debido a las condiciones meteorológicas y topográficas de la isla. Este año se ha sumado el fuerte oleaje en el mar y las grandes ráfagas de viento en el circuito de bicicleta.
La deportista linarense, María Gijón Moreno, fue la segunda española en atravesar la línea de meta del Campeonato Mundial de IROMAN 2025, con un tiempo de 11 horas y 5 minutos. Resultó ser un día duro en el que triatletas profesionales como Lucy Charles-Barclay (ganadora del IROMAN Kona 2024 se retiró en el maratón y Tylor Knibb quien lideró la carrera y a tres Km de la meta tuvo que abandonar.
Las marcas conseguidas por María fueron las siguientes:
– En natación, María hizo un tiempo de 1 hora y 9 minutos, destacar la lucha contra el fuerte oleaje que hizo que los 3.800 m propios de esta prueba se registrasen en 4.250 m.
– El circuito en bicicleta de 180 Km consiguió realizarlo en en 5 horas y 59 minutos. Este recorrido es conocido por su dureza ya que posee una elevación de 1700 m cuesta arriba que se hicieron aún más duros por el viento dado.
– En el maratón de 42 Km, con un tiempo de 3 horas y 57 minutos, el calor hizo que la linarense disminuyese su ritmo y fuese adelantada por Nieves Gemio, quien cruzó la meta dos minutos antes.
La crónica de María
Tiempo total: 11:05 | 2ª española (tras Nieves Gemio, 11:03)
Este año el IRONMAN World Championship en Kona ha sido especialmente duro. Kona siempre es Kona — por algo es conocido como uno de los IRONMAN más exigentes del mundo junto con el de Lanzarote—, pero este 2025 las condiciones en la isla han sido extremas: oleaje en el mar, viento fuerte en el circuito en bicicleta, especialmente en la subida a Hawi, y un calor abrasador en el maratón.
Ha sido una jornada en la que los 3.800 metros nadando, los 180 km en bicicleta y los 42 km corriendo pusieron a prueba incluso a las mejores mundialistas: la triatleta profesional Lucy Charles-Barclay, ganadora de IRONMAN Kona 2024, se retiró en el maratón, y Taylor Knibb, que lideraba la carrera, tuvo que abandonar a menos de tres kilómetros de meta.
Mi objetivo era claro: asegurar la meta sin poner en riesgo la carrera. No busqué arriesgar demasiado en ritmos, sino correr con cabeza. En Vitoria-Gasteiz luché por la clasificación para el Mundial de Kona; en Kona, quería cruzar esa meta que tantas veces me había imaginado mientras entrenaba, meta que solo cruzan los mejores triatletas de todo el mundo.
La natación (1:09) fue una lucha contra el oleaje, de hecho mis 3.800 m terminaron registrando 4.250 m.
La bici de Kona, que ya es famosa por su dureza al contar con un desnivel de 1.700 m, fue todavía más demoledora debido al viento de la subida a Hawi.
Y en la maratón (3:57), el Energy Lab, ese tramo donde el calor parece salir del suelo y que pone a prueba la fortaleza mental de todos los triatletas, me hizo bajar el ritmo y ser adelantada en los últimos 2 km por Nieves.
Pero lo logré. Crucé la meta con una mezcla muy especial de orgullo, emoción y, sobre todo, agradecimiento por tanto apoyo. Me siento feliz y muy afortunada y ya estoy pensando en cuál será mi próximo objetivo.
