La obra de Eduardo Sánchez Beato y Juan Mota embellecen la sala de exposiciones de Gourmet Cazorla

 Se presentó el pasado viernes 8 de febrero en el espacio expositivo de las instalaciones de Gourmet Cazorla «GC Espacio de Arte» la exposición de pintura y escultura llamado «Reencuentro» de los artistas Eduardo Sánchez Beato y Juan Mota.

La exposición situada en el Polígono Los Rubiales concretamente en la Plaza los Rubiales 1, podrá recibir visitas de lunes a viernes en horario de 10:00 a 14:00 hasta el 20 de abril.

La obra de Juan Mota nace de un primer acercamiento a la escultura bajo el pupilaje de conspicuos maestros como Montaña, García Donaire y Venancio Blanco. Sus esculturas de contundentes volúmenes han ido dejando paso a otras mas sutiles que se integran en un espacio de color y que se pueden contemplar en la exposición.

Su pasión por el grabado le ha hecho experimentar con diferentes técnicas, lo que le ha convertido en un artista metódico que cuida con esmero cada detalle en la ejecución de sus obras.

Es la pintura su campo de experimentación actual, una pintura que sabe combinar la rigidez compositiva con el volumen y las texturas, con la brillantez de unos colores fuertes, con la rivalidad de los primarios y los complementarios. La belleza de esos colores soñados, fantásticos conmueven rompiendo la geometría que los contiene.

Lo contrario ocurre con Eduardo Sánchez Beato. Beato comienza a pintar sin tener definida la idea: un esbozo mental, un sentimiento, una imagen, un paisaje, una noticia son el caldo de cultivo, el pretexto para comenzar a pintar.

Atormenta las telas cubriendo errores, tachando, quitando, añadiendo accidentes casuales que surgen durante su trabajo, creando una especie de palimpsesto que oculta otros mundos, buscando en definitiva su propio ser. Pintar es poner en orden su vida, encontrarse, no se si es una idea, en un sueño o en la esencia de ser, de ser humano, con todas sus contradicciones.

Este es su mundo, un mundo y una estética que comparte con Mota en esos colores primarios, en estructuras cortantes, en la fuerte necesidad de estar presente a través de su obra. No prescinde sin embargo de una simbología que conmueve y aproxima al espectador a su particular universo conceptual.

La exposición que nos presentaron GC Art Space tiene un discurso diferente: Beato y Mota, dos artistas, dos personalidades, dos maneras diferentes de abordar búsqueda de la belleza con similitudes, con aproximaciones y sin embargo con conceptos distintos que enriquecen su contemplación.

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