Muy pocos artistas pueden decir que llenan un escenario con su única presencia, pero Carlos Goñi lo logró el sábado por la noche en el Teatro Cervantes. Hizo esperar a su público, que prácticamente llenó el teatro linarense, solo 15 minutos y apareció tocando su inseparable guitarra de la que no se desprendería en las dos horas que, aproximadamente, duró el concierto.
El repertorio de su gira ‘Babilonia al natural’ comenzó con el tema ‘No va más’ que fue coreado por los seguidores de este mítico artista. Terminado el primer tema, saludó al público. «Un honor estar aquí porque hacía mucho tiempo que no nos veíamos las caras. Como decía mi padre, nosotros somos titiriteros y vamos donde nos llamas y lo hacemos encantados», dijo. Pidió que se ‘levantasen’ las luces para ver «con quien me juego los cuartos», ya que durante todo el concierto la iluminación tenue fue un factor más para que el clima fuese íntimo con el artista. El segundo tema que escogió el artista fue ‘El boulevard de los idiotas’ y de ahí, a ‘Besaré el suelo’. Entre canción y canción, tomaba un respiro y se dirigía al público.
«Llevamos tres canciones y aún no habéis pedido ningún tema. Es curioso», en alusión a la invitación que les había hecho al comienzo del concierto. De pronto, sus seguidores no dudaron en animarlo a que cantase alguno de sus éxitos como ‘Calle Mayor’. El cantante de Revólver logró que el silencio volviese al Cervantes diciendo «no convirtamos esto en el Congreso. Bastante ridículo hacen ya ellos», uno de los muchos comentarios con los que consiguió arrancar las carcajadas de los asistentes.
En la cuarta canción incorporó su armónica y con los primeros acordes se escuchó una gran ovación al reconocerla la mayoría de los presentes. Se trataba de ‘El peligro’, una de los éxitos Revólver y banda sonora para muchos fans de la música pop-rock de los últimos treinta años. Para el estribillo concedió el protagonismo absoluto al público que quiso ser partícipe de un momento mágico con el cantautor.
Los temas se fueron sucediendo y también las anécdotas como un peculiar ‘curso para hacer palmas’ que impartió sobre el escenario. Se permitió la licencia de no ceñirse a un guión e intercalar temas de su último trabajo con aquellos que permanecen en la memoria de muchos y resultó ser todo un éxito.
Jessica Soto. IDEAL.
